jueves, 12 de febrero de 2015

Amarse así mismo, amar a los demás.

Estoy terminado de leer un clásico de la literatura árabe de todos los tiempos.
El desconocido para el gran público libro de relatos “las mil y una noches” escrito entre los siglos X a XII  es mucho más que los populares cuentos que, sobre todo Hollywood  hizo famosos con sus filmes de los años cincuenta.

En esta obra clásica que ha sufrido innumerables cortes y añadidos, no sólo encontramos el erotismo y la sensualidad que acompaña a la especie humana.

 Esta obra es todo un tratado de vida.
                                                                                           
 “Las mil y una noches” son una forma de contar la vida, a través de relatos más o menos largos que, como parábolas, nos sirven de ejemplo y moral, de como caminar por la vida y de la convivencia con los demás.

Dos de los relatos tratan sobre la forma en que sendos jóvenes dilapidan la fortuna heredada de sus padres.                                                                                                                        
En el segundo relato el protagonista, a pesar de ser muy joven, como si hubiese escuchado siendo un niño el otro relato de la dilapidación de una fortuna y como todos los infortunios se ceban sobre el joven crápula, decide malgastar la mitad de su fortuna con sus amigos y la otra mitad invertirla en propiedades y haciendas que rentadas le dan unos buenos beneficios.

Como ustedes se pueden imaginar cuando el joven vacía las arcas de esa mitad que decidió gastar sus amigos se alejan de él. Cuando el muchacho, a pesar de ver claramente como sus amigos le dan la espalda cuando no tiene nada que ofrecerles, decide aún ponerles a prueba pidiéndoles, uno a uno, ayuda económica. El adolescente después de cerciorarse que la falta de dinero es igual a la soledad más absoluta, decide cambiar de vida…

Mientras leía esta primera parte del relato, reflexionaba…¡el ser humano no ha inventado nada nuevo!…¡El tanto tienes tanto vales debe ser tan antiguo como nuestra propia estirpe!…Sin embargo una pregunta no cesaba de rondarme por la mente, ¿este hombre joven se amaba o no? Sinceramente no tenía una respuesta para eso.

Si miramos el comportamiento de este hombre actúa de forma muy madura y responsable pese a su edad. Todos tenemos derecho a divertirnos y pasarlo bien sin perjuicio de nadie ni tan siquiera de nosotros mismos. Guardar la mitad de su fortuna indica que es una persona responsable…pero… ¿se ama?…¿realmente se ama? o simplemente ¿es una persona egoísta?

¿Qué es amarse a sí mismo? la respuesta es mucho más sencillo de lo que a primera vista nos pueda parecer. No hacerse daño a sí mismo SIGNIFICA NO TENER NINGUNA CONDUCTA AUTODESTRUCTIVA, es decir, no hacerse daño ni física ni psiquicamente.
Tal vez tenga usted una vida llena de dolor, le duele el alma, el cuerpo.
Los “Bálsamos de Fierabrás” no existen, los milagros querido amigo o amiga al igual que los dioses no existen.  
                                                                                                                                   
Tal vez mis palabras le ofendan, allá usted…
 
Piense un poco, si usted quiere, si usted se lo propone, su vida puede cambiar.

Desde luego el camino hacia esa nueva vida no va a estar exento de tropiezos, de caídas.                     Todo aprendizaje requiere un esfuerzo, un entrenamiento.
Todo cambio requiere una adaptación.                                                                                                     Cuando usted se mudo de casa ¿no pasó unos días desorientado, despistado, extraño?

La puerta que accede a ese camino pedregoso, angosto y empinado, es muy estrecha, es un umbral difícil de traspasar.                                                                                                                  

¿Esta usted dispuesto a renunciar a su actual forma de vida y comenzar a ser feliz?

¿Quiere usted cruzar esa puerta y comenzar el camino hacia una vida mejor, sin dolor, sin tortura psíquica, sintiéndose más sano y feliz?                                                                            

“Ment sana in copore sano” decían antiguos griegos y romanos, y ciertamente, esa es la clave. Si usted tiene una mente sana tendrá un cuerpo más sano, lo que a su vez conseguirá que cada día que pase se sienta mejor psiquicamente, es como la pescadilla que se muerde la cola.

El primer paso que debe dar, el primer paso que debe dar para iniciar el apasionante viaje del resto de su vida sin dolor es hacerse una sencilla pregunta, ¿Quién soy yo?                 
 Puede tomarse un año sabático, si lo desea, para encontrar la respuesta a esta pregunta, o puede hacerlo mientas trabaja, viaja o hace cualquier cosa cotidiana de la vida diaria, lo importante es que de respuesta a esa pregunta, para dar el siguiente paso, para formularse la siguiente pregunta.
Sin embargo a esta altura de este discurso sigo sin tener una respuesta para mi inicial pregunta ¿el protagonista de ese relato se ama? ¿Y usted que opina?

∗Fuente, “las mil y una noches”, edición de René R. Khawam, colección pocket.                       Editorial Edhasa.

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